Las ventanas son elementos esenciales en cualquier edificio. No solo determinan la estética, también influyen en el aislamiento térmico, la eficiencia energética y la durabilidad. Una de las preguntas más frecuentes en la construcción moderna es si elegir perfiles de ventanas de PVC o de UPVC. Muchos propietarios, arquitectos y fabricantes desconocen las diferencias exactas y no saben qué opción ofrece mayores beneficios. Este blog explica en detalle las principales diferencias, muestra las ventajas y desventajas y ofrece recomendaciones claras para la producción de ventanas en la actualidad.
PVC (Policloruro de vinilo) es un plástico ampliamente utilizado en la industria y la construcción. Existen dos formas principales: el PVC flexible, que contiene plastificantes, y el PVC rígido, que no los contiene.
El PVC flexible se utiliza en cables, suelos vinílicos, mangueras y recubrimientos. Sin embargo, para la fabricación de ventanas, lo relevante es el PVC rígido. Aquí es donde aparece la diferencia con el UPVC.
UPVC (Unplasticized Polyvinyl Chloride), también llamado PVC rígido, es PVC sin plastificantes. Es especialmente resistente, estable y duradero, por lo que se ha convertido en el material estándar para la fabricación de ventanas en todo el mundo.
Los perfiles de ventanas de UPVC tienen una vida útil muy larga. Resisten la humedad, la radiación solar y los cambios de temperatura. Requieren muy poco mantenimiento y, gracias a sus sistemas de cámaras múltiples y juntas modernas, proporcionan un excelente aislamiento térmico y acústico.
La diferencia principal está en los plastificantes.
El PVC con plastificantes es flexible y menos estable. No es adecuado para estructuras portantes ni para elementos sometidos a esfuerzos continuos.
El UPVC, al no contener plastificantes, es rígido, fuerte, dimensionalmente estable y resistente a la intemperie. Se ha convertido en la opción estándar para ventanas y puertas en edificios residenciales, comerciales e industriales.
Otra diferencia importante es la durabilidad. Mientras que el PVC flexible puede volverse quebradizo con el sol o el frío, el UPVC mantiene su estabilidad y color incluso después de décadas.
Los perfiles de ventanas de UPVC ofrecen múltiples beneficios que explican su popularidad en la construcción moderna.
La durabilidad es un punto clave. Una ventana de UPVC puede durar entre treinta y cuarenta años sin necesidad de reemplazo. El mantenimiento es mínimo, ya que no necesitan pintura, solo limpieza ocasional.
La eficiencia energética es otro beneficio esencial. Las cámaras internas actúan como aislante y ayudan a mantener el calor en invierno y el fresco en verano, reduciendo los costes de calefacción y mejorando el confort.
El aislamiento acústico también es excelente. Con el acristalamiento y las juntas adecuadas, los perfiles de UPVC logran una reducción de ruido de alto nivel.
Por último, la relación calidad-precio convierte al UPVC en una alternativa muy atractiva frente a la madera o el aluminio.
El PVC con plastificantes casi no se utiliza en la producción de ventanas, ya que carece de la resistencia necesaria. Solo se emplea en aplicaciones especiales donde la flexibilidad es indispensable. En la carpintería de ventanas y puertas, la opción predominante es el UPVC.
Un punto a favor del UPVC es su reciclabilidad. Los perfiles viejos pueden fundirse y transformarse en nuevos productos. Muchos fabricantes, como Evomatec, apuestan por procesos sostenibles e incorporan materiales reciclados en la producción, lo que reduce el impacto ambiental.
El debate PVC o UPVC en perfiles de ventanas tiene una respuesta clara. El PVC flexible con plastificantes no es apto para ventanas, mientras que el UPVC es el material estándar y fiable en la construcción moderna. Combina durabilidad, eficiencia energética, aislamiento acústico, facilidad de mantenimiento y costes atractivos.
Para quienes buscan ventanas de alta calidad, los perfiles de UPVC son la mejor elección. Con tecnologías de fabricación avanzadas y maquinaria especializada, garantizan un rendimiento duradero en viviendas, edificios de oficinas y fachadas arquitectónicas.